1. La necesidad de la adaptación al cambio climático
La ciencia nos dice que la crisis climática es una realidad incontestable. Los impactos del cambio climático golpean todas las regiones del planeta en muy diversos ámbitos: impactos en la salud humana por el incremento de fenómenos meteorológicos extremos, como olas de calor más frecuentes e intensas, sequías, inundaciones, cambios en la distribución de vectores transmisores de enfermedades, disminución de los recursos hídricos, aumento del riesgo de incendios y desertificación, impactos en los sistemas agrícolas y alimentarios, en el litoral por la subida del nivel del mar, en los recursos e infraestructuras turísticas, alteraciones profundas en la flora y en la fauna (biodiversidad), migraciones climáticas, cambios sociales y conflictos, etc. El cambio climático es un problema de salud pública. La crisis climática es una crisis de salud pública.
Dos son los pilares de la acción climática o respuesta frente al cambio climático: la mitigación y la adaptación.
- La mitigación actúa sobre las causas del fenómeno. Se centra en las acciones para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) a la atmósfera, como el CO2 o el metano, derivadas de las actividades humanas que causan el calentamiento global y la modificación del clima. También en incrementar la captación (absorción) de CO2 por los llamados sumideros, como son, por ejemplo, los bosques.
- La adaptación actúa sobre las consecuencias y comprende todas las acciones orientadas a evitar o reducir los impactos potenciales y los riesgos derivados del cambio climático, disminuyendo la vulnerabilidad y la exposición a ellos y aumentando la resiliencia de sociedades y ecosistemas.
Mitigación y adaptación no son fórmulas alternativas sino estrategias complementarias y sinérgicas. Son las dos caras de la misma moneda de la acción frente a la emergencia climática.
- Si no reducimos nuestras emisiones y potenciamos los sumideros de carbono (mitigación), el cambio climático se seguirá reforzando indefinidamente, superando y desbordando cualquier capacidad adaptativa. Por encima de ciertos escenarios de incrementos de temperaturas, la vida en el planeta se hará tremendamente difícil para miles de millones de personas.
- Incluso en el mejor escenario de mitigación, la adaptación resulta imprescindible para afrontar los cambios e impactos que ya está provocando el cambio climático y los que inevitablemente provocará en el futuro. Si no nos anticipamos y no nos protegemos como sociedad de los riesgos, impactos y vulnerabilidades frente al cambio climático y mejoramos nuestra resiliencia o capacidad de recuperación frente a los daños, la crisis climática supone ya, y va a suponer todavía mucho más en el futuro, dramáticos impactos sobre la salud, sociales y ambientales.
- Una adaptación que, a su vez, no sea baja en emisiones de GEI carece de sentido, ya que intensifica el cambio cuyos efectos queremos evitar.
- Una mitigación que no integre criterios de adaptación nos pone en riesgo frente los impactos del cambio climático.
- Por último, adaptación no es en absoluto resignación frente a las causas y los impactos del cambio climático, es justo lo contrario, es creación de capacidad de mitigación y adaptativa y de resiliencia activa, dinámica, colectiva, social, multidisciplinar, multifactorial, multidimensional y participativa.